El síndrome genitourinario de la menopausia (GSM) es un término relativamente nuevo que describe la constelación de signos y síntomas del tracto urogenital inferior asociados con un estado de estrógeno bajo. La nomenclatura anterior, como atrofia vulvovaginal y vaginitis atrófica, no abarcaba los síntomas urinarios frecuentes asociados con menopausia.
Fisiológicamente, esto se manifiesta con síntomas de sequedad vaginal, irritación vaginal, prurito vaginal y puede afectar la función sexual debido a dispareunia y disminución de la lubricación. Es importante señalar que GSM también incluye signos y síntomas urológicos. Las pacientes posmenopáusicas son más propensas a las infecciones urinarias recurrentes (ITU), disuria, frecuencia y urgencia urinarias.
El GSM puede detectarse clínicamente hasta en un 90% de las mujeres posmenopáusicas que se someten a evaluación. Sin embargo, solo alrededor de un tercio de las mujeres menopáusicas informan síntomas vulvovaginales cuando se les encuesta. Los síntomas de GMS también impactan negativamente la satisfacción sexual en más de la mitad de los pacientes y tensan las relaciones personales.
A pesar de la prevalencia de GSM, la afección sigue siendo poco reconocida y tratada debido a una combinación de factores del paciente y del medico. Solo alrededor de una cuarta parte de las mujeres habla alguna vez de sus síntomas con su medico.
Durante la evaluación es importante descartar otras afecciones urológicas, dependiendo
de los síntomas deberán realizarse un cultivo de orina, estudios de imágenes como una ecografía, una uretrocistoscopia y de ser necesario un estudio urodinámico.
El objetivo principal del tratamiento GSM es el alivio de los síntomas. Las opciones incluyen cambios en el estilo de vida y tratamientos hormonales y no hormonales. Las terapias hormonales incluyen enfoques tanto tópicos como sistémicos.
Dr. Luciano Núñez Bragayrac
Urología oncológica y general.
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